La Selección Argentina de Fútbol ganó milagrosamente, no obstante, le queda un paso frente a Uruguay para clasificar al mundial.
Más allá de lo anecdótico del triunfo en tiempo de descuento, cabe señalar que en los partidos importantes el equipo de Maradona no jugó bien, no obstante, no se puede juzgar la responsabilidad de alguien que fue puesto sin la más mínima experiencia. Esto no significa que el equipo argentino vaya a fracasar, su director técnico es el resumen completo de la sociedad.
Egocéntrico, errático, genial, improvisado, ocurrente, Diego Maradona no escapa al ser argentino. Esto quiere decir de alguna manera que la selección puede quedar afuera en la última fecha de eliminatorias, perder en la primera ronda del mundial o bien ganar el campeonato de punta a punta y otorgarle un delirio sin límites a los hinchas sudamericanos.
La prensa lo alaba, mayormente por temor a sus cambios de humor y la posible decisión de Diego de ignorarla, pero cuando puede lo defenestra. Todos piensan que el ex capitán campeón en 1986 no debería estar ahí, al frente de los mejores jugadores del mundo. Sin embargo, está bien que así sea, el fracaso, así como la victoria, con Maradona al frente del equipo son genuinamentes argentinos. Serán resultados adversos o positivos, pero serán bien criollos.
Más allá de lo anecdótico del triunfo en tiempo de descuento, cabe señalar que en los partidos importantes el equipo de Maradona no jugó bien, no obstante, no se puede juzgar la responsabilidad de alguien que fue puesto sin la más mínima experiencia. Esto no significa que el equipo argentino vaya a fracasar, su director técnico es el resumen completo de la sociedad.
Egocéntrico, errático, genial, improvisado, ocurrente, Diego Maradona no escapa al ser argentino. Esto quiere decir de alguna manera que la selección puede quedar afuera en la última fecha de eliminatorias, perder en la primera ronda del mundial o bien ganar el campeonato de punta a punta y otorgarle un delirio sin límites a los hinchas sudamericanos.
La prensa lo alaba, mayormente por temor a sus cambios de humor y la posible decisión de Diego de ignorarla, pero cuando puede lo defenestra. Todos piensan que el ex capitán campeón en 1986 no debería estar ahí, al frente de los mejores jugadores del mundo. Sin embargo, está bien que así sea, el fracaso, así como la victoria, con Maradona al frente del equipo son genuinamentes argentinos. Serán resultados adversos o positivos, pero serán bien criollos.
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